La selección española sale de la Liga de Naciones dolorida por la polémica acción que acabó en el gol definitivo de Kylian Mbappe pero satisfecha por una buena actuación en la fase final, aunque consciente de que desde ya debe mirar las 'finales' de noviembre, de clasificación para el Mundial de Catar 2022.
El conjunto de Luis Enrique Martínez accedió a la final de la Liga de Naciones tras superar a la anfitriona Italia por 1-2 y cayó en la final por el mismo marcador tras adelantarse por medio de Mikel Oyarzábal, pero un magnífico tanto de Karim Benzema y un polémico tanto de Mbappe y tras un acoso constante en la última fase del encuentro en el que tan solo el meta Hugo Lloris le impidió alcanzar la prórroga.
Ahora, asimilado todo lo ocurrido en Milan -lo bueno y lo malo-, el objetivo es claro, encontrar la clasificación directa para la cita mundialista del próximo año en los dos encuentros de la próxima 'ventana' en noviembre.
España, que tiene garantizada una plaza en la repesca como finalista de la Liga de Naciones, visitará a Atenas en el Olímpico de la capital helena el 11 de noviembre y recibirá a Suecia el 14 en La Cartuja de Sevilla.
España lidera el grupo B con 13 puntos en seis encuentros jugados, uno más que los suecos, que recibirán este martes a los griegos en el Friends Arena de Solna. El conjunto de Luis Enrique depende de sí mismo, pero necesitará ganar ambos encuentros.
Su actuación en San Siro, pese a la derrota en la final, otorga grandes dosis de confianza, aunque los componentes de la selección española son conscientes de que la igualdad entre todas las selecciones es grande. De hecho, Grecia sacó un empate (1-1) de Granada y Suecia ganó a la Roja en Solna (2-1).