Todo empezó en 2008 en Austria, cuando España se quitó los fantasmas del pasado y resurgió como un grupo irrepetible que sería imposible de olvidar. Como campeones de Europa, llegaron a Sudáfrica a demostrarle al mundo que eran los mejores. España vió y sintió la fuerza de un vestuario feliz, unido y confiado que nos ha dado el mejor ciclo de gloria del fútbol español.