Lucas Hernández podría haber dicho adiós a su prometedora carrera en el Atlético de Madrid tras haber agredido a su pareja sentimental la pasada noche en su casa en Molino de la Paz de Las Rozas (Madrid). El jugador colchonero, de origen francés, ha pasado la noche detenido tras haberla agredido y causado importantes heridas que la llevaron a ser atendida por los servicios médicos.
La proyección de Lucas Hernández en el filial colchonero fue meteórica desde su llegada en 2007, con solo 11 años. Hijo de Jean-François Hernández, ex jugador de Atlético y Rayo Vallecano entre otros, desde sus comienzos compañeros, entrenadores y ojeadores vieron en él cualidades que le llevarían a ser uno de los grandes centrales del fútbol profesional.
Su debut con el primer equipo llegó en 2014, durante un partido de Copa ante el L’Hospitalet en el que jugó de inicio y disputó los 90 minutos. En Liga, su estreno se produciría nueve días después en San Mamés, sustituyendo a Siqueira en el lateral izquierdo. Su hermano Theo, también de la cantera rojiblanca, está cedido en el Alavés.
Desde entonces, siempre ha estado en los planes de Diego Pablo Simeone. A sus 20 años, apuntaba a ser el líder de la zaga rojiblanca del futuro. Pese a su juventud, ha jugado partidos de máxima exigencia en todas las competiciones. Se ha enfrentado a rivales de la envergadura de Real Madrid, Barcelona y Bayern, partidos en los que cumplió con notable solvencia.
Pese a su juventud, tiene experiencia en partidos decisivos de la exitosa historia reciente del club en la Champions League. Su gran momento llegó la temporada pasada, cuando sustituyó a Diego Godín por lesión en la vuelta de octavos ante el PSV. En el siguiente cruce, nada menos que ante el Barcelona, sorprendió a Europa con una madurez impropia de su edad que le llevó incluso a disputar varios minutos en la final de Milán.
El Atlético de Madrid aún no se ha pronunciado al respecto. Se espera que lo haga en las próximas horas. El futuro de uno de sus diamantes en brutos pende de un hilo.