A Alfred Schreuder le tocaba dirigir al FC Barcelona ante el Valencia por la sanción impuesta a Ronald Koeman. Hasta ahora había tenido un segundo plano muy discreto, aunque en el vestuario está muy bien valorado y le consideran “un auténtico enfermo de fútbol en el buen sentido”.
El holandés no estuvo tan expresivo como su jefe en el banquillo y les daba a los jugadores tímidas indicaciones y la mayoría de ellas en inglés, ya que es la lengua que más domina. El equipo sobre el terreno de juego vino jugando en la misma tónica que los últimos encuentros. Mucho dominio y sobar mucho la bola, pero pocas ocasiones.
Lo peor para el equipo sería al comienzo del segundo tiempo que se despistó y sufrió los embistes del Valencia y recibió un gol tras la salida de un córner. El Barça estaba desinflado y con una actitud cuanto menos cuestionable.
Las peores noticias para el equipo culé se confirmaría con el gol de Paulista nada más empezar el segundo tiempo, pero el Barça reaccionó a tiempo por mediación de Messi y Griezmann para remontar. En 11 minutos hicieron los tres goles, pero poco más. El Barcelona salvó los muebles en el estreno de Alfred en el banquillo.
El conjunto blaugrana está dejando dudas en esta recta final y no es momento para fallar como hicieron ante el Granda, un tropiezo con el que no se contaba y que le impidió llegar líder a esta jornada. Esta vez una reacción a tiempo lo evitó y fue el segundo de Koeman el que lo presenció en el campo como también lo hará ante el Atleti en un encuentro que serán más que tres puntos.