El futuro de Luis Suárez cada vez es más incierto. Estuvo a punto de fichar por la Juventus e incluso hizo un examen para conseguir la nacionalidad italiana que ahora está puesto en tela de juicio por la filtración de una conversación donde se pactaba hasta la nota y después se puso el foco en el Atlético de Madrid.

Con la marcha de Morata, ahora más que nunca necesitan un recambio y el uruguayo era el elegido para hacerlo. Con los rojiblancos estaba todo acordado, pero con el FC Barcelona está habiendo problemas.

Hay que tener presente que el delantero tenía contrato con los azulgranas y el desacuerdo persistía a la hora de liquidar el mismo y ponerse de acuerdo con la cantidad del finiquito.

Una vez que Suárez había llegado a un acuerdo con el Atlético de Madrid y conseguido la carta de libertad del Barça en donde habían acordado que más de la mitad de su contrato no se le pagara, desde las oficinas de Can Barça vuelven a poner impedimentos.

Dentro de este acuerdo se pactó con el club que se le concedía la carta de libertad si no se iba a una serie de equipos que ellos estipulaban en una lista. Estos equipos son de los más punteros de Europa y que en cierto modo tienen probabilidades de enfrentarse a ellos en Champions.

El Madrid está a falta de delantero y de gol por lo que no vendría mal en las filas blancas, pero este no es deseo ni de Florentino ni del jugador. El objetivo le ha puesto en otro equipo de la capital madrileña, pero son muchos los impedimentos que está habiendo para que se haga efectivo. El Atleti no está en esta lista por lo que el jugador no entiende las trabajas que le están poniendo, cuando todo parece hecho viene Bartomeu y da un giro que lo desbarata todo.

Desde que se anunció una revolución en el vestuario y llegó Koeman fue los primeros en ser descartados, otros como Vidal o Rakitic ya han conseguido equipo y están lejos de Barcelona, pero parece ser que esta operación se enquista.

El delantero uruguayo ya se ha plantado y ha comunicado que como no se marche al Atlético de Madrid no va a buscar más equipos a los que poder salir porque las dos opciones que ha tenido se las han desbaratados. Está dispuesto a estar un año sin pisar el césped y viendo a sus compañeros desde la grada si no le dejan marcharse.

Además, no descarta que hablar sobre todo lo que está sucediendo. La relación con la directiva es nefasta después de cómo están tratando su salida y que él mismo contó en una entrevista a 'El País' en donde comentó que no entendían por qué estaban filtrando información suya. Se ha hartado de que todos hablen de él y puede que este dé el paso de hacerlo en primera persona.