Florentino, yo sí te creo

Apenas 48 horas ha durado el anuncio de la creación de Superliga Europea. Nació con una filtración el pasado domingo que derivó en una lluvia de comunicados. Primero los doce equipos fundadores con el Real Madrid a la cabeza, un Barça desesperado y sin un duro y un Atlético que no quiere perder el paso. Junto a ellos los seis ingleses y Juventus, Milan e Inter de Milán.

Prosiguió con un desmarque de Paris Saint Germain y Bayern que no hizo otra que alimentar aún más el ‘calentón’ de los aficionados, sobre todos los ingleses. UEFA y FIFA vieron la vía y vetaron una competición que nació para “crear un nuevo fútbol”.

Ambos organismos llegaron a culpar a los equipos fundadores –y especialmente al presidente Florentino Pérez- de “pesetero y avaricioso”. Eso sí, olvidando debajo de la alfombra sus tejemanejes y apostando por un discurso populista con los aficionados.

¿Acaso no es negocio un Mundial en pleno diciembre –alterando Ligas a mitad de competición- por llevárselo a Catar? ¿O los más de 6.500 muertos que se han cobrado las faraónicas obras en los estadios árabes?

Cometió el error Florentino Pérez horas después de explicar la propuesta de la Superliga con nocturnidad y en un plató acostumbrado más a las bromas e informaciones sin constatar de sus tertulianos. Y eso, no hizo otra cosa que restarle crédito ante el gran público.

Javier Tebas, en nombre de La Liga profesional y obviando que también buscó el negocio con su idea reiterada de llevarse un partido a Estados Unidos o de jugar los lunes laborales por la noche, también quiso su parte de protagonismo para ajustar cuentas. Sus críticas de unieron a la de otros estamentos que tampoco recuerdan que jugar una Supercopa de España en Arabia o Marruecos no es precisamente cuidar de las aficiones.

Los equipos ingleses, alentados más por Boris Johnson que por las manifestaciones de sus aficionados, dieron un paso atrás. Y con él el castillo de la Superliga se vino abajo. Real Madrid y Barcelona son los dos únicos equipos que no han comunicado aún su adiós.

Florentino Pérez dio la cara por el fútbol europeo con una decisión valiente ante la pasividad de UEFA en una competición que pierde interés año a año. El presidente del Real Madrid buscó poner la tirita antes de la herida en un momento complicadísimo en materia económica para los ‘grandes’ clubes europeos. Quizás el populismo británico tampoco les hace ver que sus clubes están en manos de multimillonarios rusos o árabes. Y eso también es negocio.