Messi está abriendo una gran brecha institucional. La afición lleva tiempo cansada de la gestión del actual presidente y su directiva y a esto se le ha sumado la posible marcha del jugador.

Su comunicación no está siendo buena y todo lo que hablan es a través de intermediarios. Messi no le coge el teléfono a Bartomeu desde que se reuniera con Koeman y no le convencieran para que se quedara. A partir de aquí comenzó la lucha y el jugador está decidido a irse.

Toda esta operación requiero de un asesoramiento jurídico ya que en los contratos siempre hay letra pequeña, como lo fue con la cláusula a la que el astro argentino se atenía para salir libre al final de la temporada.

El futbolista ha decidido consultar al bufete de abogados Cuatrecasas para que estudien cómo puede gestionar esta situación. El problema viene cuando es este mismo bufete el que está contratado por el FC Barcelona. Esto ha hecho que el club al enterarse de esta maniobra prescinda fulminantemente de estos profesionales.

Desde 'El Español' han apuntado a que Jorge Pecourt, uno de los socios de este despacho, habría sido el que aconsejara a Messi a enviar el burofax en el que este informara sobre su deseo de dejar el conjunto blaugrana. A partir de ahí las otras maniobras que ha hecho el argentino como no pronunciarse al respecto o que sus representantes quieran reunirse con Bartomeu ha sido por la recomendación de estos abogados.

Esto no ha sentado nada bien a la institución y han acabado despidiéndolos. Esta oficina ha sido muy útil para el Barça, les ayudó con el problema judicial con Neymar y es considerados uno de los mejores de la ciudad. No solo al club les ha ayudado, sino también a jugadores personalmente. Lo que ellos no se pensaban es que al propio Messi le iban a tender la mano estando en la situación que está con la institución culé.

Esta es una nueva rama que nace del que es el conflicto del momento y posiblemente del verano. Después de 20 años nadie hubiera imaginado que el jugador que ha dado tantas tardes de glorias quisiera irse con tanto ahínco de la que ha sido su casa.