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Joaquín dona su número '17' a las reliquias del fútbol: el azar de los dorsales

Una de las mayores leyendas del Betis, Joaquín Sánchez, ha donado su dorsal '17', el que lleva desde que debutó, a la colección de reliquias de leyendas del fútbol.

Cuando Fernando Vázquez, entrenador del Betis entonces, hizo debutar a Joaquín en el 2000, el extremo era un siete puro, pero ya había perdido este dorsal en beneficio de su compañero en la cantera verdiblanca Fernando Varela, quien ya se había estrenado con el primer equipo y se le había adelantado con el '7, lo que le dejó a Joaquín la opción del '17', el que ahora es leyenda por un azar.

El dorsal del gaditano, como tantos otros en la historia del balompié, se ha hecho legendario porque ha pasado mucho tiempo desde que se lo puso por primera vez porque no había otro: la duración tiende a sacralizar las cosas.

Están muy lejos ya los tiempos en el que los dorsales eran del uno al once, sin experimentos, y en los que cada uno respondía a una posición concreta, el 1 para el portero, el 2 y el 3 a los laterales, el 4 y 5 a los centrales, que también podían portar el 6; mientras que 8 y 10 eran para los interiores, 7 y 11 para los extremos y el 9 para el delantero centro.

La historia de los dorsales

Nadie discutía el 1 para un portero, que jugadores como Franz Beckenbauer llevara el 5 o el 6, que Paolo Maldini o Rafael Gordillo eran dueños por derecho propio del 3 del lateral izquierdo, que el 10 del Betis era para Julio Cardeñosa como en donde jugase era para Diego Armando Maradona, o que el 9 era siempre para tipos como Bobby Charlton, Hugo Sánchez, Marco van Basten o Alfredo Di Stéfano.

La historia del fútbol está plagada de circunstancias que han convertido en míticos a dorsales como el '14' que definió siempre en el Ajax y en la selección holandesa a Johan Cruyff, quien empezó con el 9 hasta que un día de 1970 volviera tras una lesión y ese número lo llevaba el Mariscal Mühren, quien sentó cátedra en Holanda y en sus años en Heliópolis.

Desde entonces, Cruyff llevó el '14' excepto en sus años en el Barcelona y la liga española, donde sólo estaban permitidos del 1 al 11 y llevó el 9, que alternó con el 14 que portó en Los Ángeles Aztecs y el Washington Diplomats.

Zinedine Zidane, según contó él mismo, llevó el 5 en el Real Madrid porque era el único dorsal que estaba libre tras la marcha de Manolo Sanchís y el presidente blanco, Florentino Pérez, le dijo que en el club de Concha Espina no se llevaban dorsales más allá del 11.

Muchos números parecen de lógica aplastante como el 10 de Pele, aunque a O Rei le cayó por azar, cuando fue al Mundial de Suecia en 1958, aunque ese dorsal de interiores zurdos también le correspondiese al líbero argentino y del Atlético de Madrid Cacho Heredia en Alemania 1974, porque la Albiceleste recurría al orden alfabético de los apellidos, como le ocurrió cuatro años después a Mario Alberto 'El matador' Kempes en 1978. Luego, Diego Maradona se adueñó del número y, como había hecho Pelé, otorgó una connotación especial al dorsal.