Portugal salió a por toda sabiendo de la importancia del partido y antes de llegar el primer gol ya había tenido varias. Los jugadores de ataque estaban muy activos. Cristiano Ronaldo, Bernardo Silva y Bruno Fernandes estaban estaban volviendo loca a la defensa turca.
Fue el jugador del Manchester City desde la frontal del área donde se sacó un disparo cruzado. El esférico se topó con la madera con tan buena suerte para los portugueses que el rechace cayó para Otávio que estaba solo. El jugador del Porto no falló para hacer estallar el Estadio do Dragão.