La situación en Alemania con el Covid se ha vuelto complicada. Los casos aumentan por día y las medidas se han endurecido. Joshua Kimmich y Serge Gnabry serán algunos de los damnificados de estas nuevas normas por no estar vacunados.
Kimmich ya ha expresado en algunas ocasiones su negativa a inocularse e incluso Angela Merkel se pronunció al respecto. Esta decisión le va a impedir estar a él, a su compañero ya citado, Musiala y a Eric-Maxim Choupo Moting entrar en el hotel de concentración en donde el Bayern de Munich estará en la previa al encuentro contra el Augsburgo.
A los tres jugadores los afecta una nueva disposición del gobierno regional bávaro que exige que solo vacunados y recuperados puedan entrar a hoteles y restaurantes.
Gnabry, Kimmich y Musiala se vieron obligados ya a abandonar la concentración de la selección alemana para los últimos partidos de la eliminatoria mundialista después de un positivo del defensa Niklas Süle.
Los tres jugadores habían viajado con él a la concentración por lo que se les consideraba contactos cercanos. Sin embargo, otros jugadores -Manuel Neuer, Thomas Müller y Leon Goretzka- siguieron con el equipo pese a haber viajado también con Süle.
Kimmmich había admitido antes no haberse vacunado argumentando dudas sobre posibles efectos secundarios a largo plazo de las vacunas disponibles, mientras que en el caso de los otros jugadores se desconocía que no estuvieran vacunados.
El primer ministro bávaro, Markus Söder, ha planteado la posibilidad de imponer la vacuna obligatoria para jugadores de fútbol como una forma de dar una señal a la población. La campaña de vacunación en Alemania está estancada desde el verano, en parte debido al escepticismo de parte de la población.
Un 67,7% de la población ha recibido la pauta completa de la vacuna y un 70,2% al menos la primera dosis con lo que se está lejos de alcanzar la inmunidad de rebaño y de las cuotas de otros países europeos como España o Portugal.