Con lo justo y gracias. El Paris Saint Germain se ha llevado ‘El Clásico’ de Francia que hemos vivido en directo en Cuatro y mitele. Los parisinos vencieron (2-1) con dos goles de Neymar –un golazo- y Mbappé –desde el punto de penalti-. La fragilidad defensiva de los de Pochettino quedó claro en el solitario gol del Marsella.
Un penalti transformado por Kylian Mbappe y un golazo de Neymar decidieron el clásico francés favor del París Saint Germain (2-1) que se sitúa a orillas de un nuevo título de la Ligue 1. El conjunto de Mauricio Pochettino aventaja ahora en quince puntos al cuadro marsellés, todavía segundo en la clasificación, con solo seis jornadas por jugar.
Con el título en la mano el París Saint Germain aprovechó sus ocasiones para derribar a un rival que siempre estuvo en el partido y que llegó a cuestionar la superioridad local y metió el miedo en el cuerpo a los locales con un tanto anulado
Pochettino sacó de inicio a Neymar, Messi y Mbappe en la punta de ataque y dejó a Sergio Ramos en el banquillo. El central español, titular en el último partido, se quedó al margen del once. Salió a dos minutos del final en lugar de Verratti.
Fue un golazo de Neymar el que abrió el marcador. Un pase al área de Marco Verratti fue recogido por el brasileño en el punto de penalti. No dejó caer el balón que elevó sobre el meta español Pau López para alcanzar la red.
El Marsella reaccionó y dejó en evidencia las carencias defensivas del París Saint Germain. Un córner botado por Dimitri Payet fue mal desviado por el portero Gianluigi Donnarumma. La pelota quedó al borde de la línea de gol y fue empujada a la meta por el croata Duje Caleta-Car.
En el tiempo añadido de la primera parte encontró una solución el líder. Fue una mano de Valentin Rongier que detectó el VAR que avisó al árbitro. Kilian Mbappe no falló desde los once metros y adelantó al París Saint Germain.
El choque se abrió en la segunda parte. Llegó a empatar el Marsella a cinco minutos del final por medio de Willian Saliba pero el videoarbitraje lo invalidó por fuera de juego y el clásico se quedó en París.