Christian Eriksen dio un gran susto durante el partido entre Dinamarca y Finlandia de la pasada Eurocopa. El jugador danés se desplomó por un paro cardíaco y a partir de ahí su futuro se empezaba a truncar. El futbolista pertenece al Inter, pero quiere rescindir su contrato con su actual club para seguir jugando.
Eriksen tiene un desfibrilador implantado en su peche para que regule cualquier alteración en caso de que la tuviera el corazón. Un jugador que lleve este tipo de tratamiento médico no puede jugar en la Serie A por norma por lo que está buscando la forma de desvincularse de su club y seguir la carrera en otro país.
Los agentes del danés ya están manos a la obra y están moviendo su salida. El objetivo es que vuelva a Países Bajos, en concreto al Ajax en donde estuvo jugando y formándose como profesional hasta el 2013 para después poner rumbo al Tottenham. En esta liga no tendría problemas para jugar ya que aquí sí se permite jugar con un desfibrilador subcutáneo.
Desde el Inter también están por la labor de desvincularse de Eriksen, según Corriere dello Sport. El jugador tiene una alta ficha, unos 7.5 millones al año siendo uno de los más altos de la plantilla. El club italiano todavía lo que sopesa es si dejar con la carta de libertad o quieren sacar algún rédito económico por el traspaso.
Eriksen quiere seguir con su carrera y los informes médicos lo avalan ya que se encuentra “en óptimas condiciones psicológicas y físicas” “en óptimas condiciones psicológicas y físicas”según los profesionales que llevan el caso de la selección danesa.