El FC Barcelona ha conseguido el pase a los octavos de final de la Copa del Rey. El conjunto azulgrana, plagado de reservas, ha conseguido deshacerse del Cornellá aunque ha necesitado la prórroga para ello. Dembelé y Martin Braithwaite fueron los goleadores del encuentro.
El conjunto azulgrana falló dos penaltis. Pjanic primero, y Dembelé segundo, dejaban al conjunto azulgrana contra las cuerdas. Era precisamente el extremo francés el que ponía a los catalanes por delante. El Cornellá, que acabó con un jugador menos, no fue capaz de conseguir el tanto del empate. Ya con el tiempo cumplido Martin Braithwaite cerraba el partido con un tanto.
El FC Barcelona jugará los octavos de final de la Copa del Rey tras eliminar al Cornellà, no sin sufrimiento, en un duelo decidido por Ousmane Dembélé en el tiempo de prórroga (0-2) evitando caer en la guillotina que había caído el Atlético de Madrid en ese mismo escenario y el Real Madrid, un día antes en Alcoy.
Los de Koeman sufrieron en el césped artificial del Municipal de Cornellà y a punto estuvieron de verse sorprendidos en varias ocasiones. Eso sí, por sus propios deméritos después de fallar dos penaltis. El primero lo erró Miralem Pjanic y el segundo, Dembélé, antes de solucionar la papeleta con un chutazo violento desde fuera del área.
La noche invitaba a que la Copa siguiera dando sorpresas y el Cornellà estuvo cerca de hacerlo. Koeman dio la alternativa al canterano Ilaix Moriba y a otros menos habituales como Riqui Puig, Junior y Trincao. Sin embargo, fue con Pedri, Dembélé y Busquets -los tres primeros cambios de Koeman- los que moldearon a su gusto el devenir del partido.
El Cornellà, por su parte, salió sin remordimientos, con la fuerza que merecía la cita y la ocasión. Gerard fue el primero en intentar batir a Neto en una jugada de Pol Moreno que no llegó a conectar, un aviso para los culés que movían el balón sin criterio, atorados por la falta de espacio y el aliento en el cogote que le proporcionaba su rival.
Tan solo una acción aislada, con Araujo como protagonista, terminó en penalti por juego peligroso. El balón lo cogió Pjanic después de tantos errores recientes desde los once metros: Griezmann, en la Supercopa, Braihtwaite, en Liga y Messi, que no estaba. Así que el exjugador de la Juve no tuvo problemas en asumir la responsabilidad, pero se topó con Ramón Juan, otro de los protagonistas del encuentro.
El portero cornellanense hizo más de una decena de paradas fundamentales, una de ellas en ese penalti que detuvo con maestría. Igual de protagonista fue en el segundo asalto, con dos manos prodigiosas a Lenglet y al propio Pjanic, y otro penalti en su botín. En esta ocasión le sirvió hacer la 'estatua' para detener a Dembélé en un lanzamiento muy centrado y sin picante.