Lenglet ha vuelto a protagonizar la jugada polémica del partido. Centro del Sevilla, medio remate acrobático de Lucas Ocampos y el balón que pega en la mano del central francés. El árbitro no vio nada, la jugada fue revisada por el VAR y entre todos decidieron que no había mano del ex del conjunto hispalense.
La sala VOR estuvo durante varios minutos revisando la jugada pero decidieron no pitar penalti, puesto que consideraron que Lenglet no tenía intención de tocar la pelota con el brazo y que tampoco supuso una ventaja para el jugador azulgrana.
Los jugadores del Sevilla no podían creérselo, ni tampoco los miembros del staff técnico. El colegiado sancionó las protestas con una amarilla para Koundé, una roja para de Jong y otra cartulina roja más para uno de los integrantes del banquillo.
Para Iturralde González, el árbitro de Mediaset, la infracción debió ser castigada como penalti para el Sevilla, puesto que según el que fuera colegiado de la Liga, "la mano es clara". Una mano que podría haber acabada en penalti, y quién sabe si en un gol que podría haber dejado a los de Ronald Koeman fuera de la final de la Copa del Rey.