Tras los goles que se vieron en el primer tiempo. Las ocasiones en el segundo tardaron en llegar, no fue hasta casi la recta final de la segunda parte que llegaron las más claras. Los de Marcelino metieron una marcha más en ataque y tuvieron recompensa.
Un centro lateral fue rematado por un jugador del Athletic. Piqué como pudo le repelió, pero no fue contundente e Iñigo Martínez que merodeaba el área la empujó para entrar llorando en la portería y hacer el tanto en el 86. Con esto la euforia se desataba en la grada de San Mamés.