El Barça y el Athletic dejaron todos los goles para los minutos finales y con ello se fue a la prórroga. Cerca del final de la primera parte del tiempo extra llegaba la jugada polémica. Los jugadores locales pidieron mano de Jordi Alba y el colegiado tras revisarla en el VAR no lo dudó.
Muniain se plantó en el punto de penalti para lanzarlo. Piqué intentó desestabilizarlo, pero no pudo. El delantero aguantó hasta el final para engañar a Ter Stegen y marcar desde los once metros.