Tras el gol de Fekir, el fútbol quedó empañado por la acción de un aficionado. En vez de celebrar el tanto de su jugador, lanzó una barra de plástico que acabó impactando en la cabeza de Joan Jordan. El colegiado que estaba muy cerca lo vio y paró el partido.
Las asistencias tuvieron que atender al futbolista del Sevilla que tras unos minutos pareció que se recuperaba, aunque se fue aturdido. De Burgos Bengoetxea decidía mandar a los jugadores al vestuario a la espera de que se tomara una decisión acerca del partido.
El Sevilla se iba para la caseta, mientras que los jugadores del Betis se quedaban sobre el césped. Las autoridades rápidamente se pudieron manos a la obra para intentar detectar quién había sido el que había lanzado la barra. Tras varios minutos de deliberación se decidió suspender el derbi por esa acción tan lamentable de un aficionado.
Después de ocho minutos en los que el juego estuvo parado para atender al futbolista, al que el impacto le dejó algo aturdido, el árbitro vasco Ricardo de Burgos Bengoechea, que estaba muy cerca de la acción, recogió el objeto lanzado desde el Gol Sur del Villamarín, se lo entregó al delegado de campo y decidió que el partido quedara interrumpido cuando aún quedaban 6 minutos del primer tiempo.
A partir de ahí, el colegiado ordenó a los dos equipos que se marcharan hasta los vestuarios antes de adoptar una decisión tras este incidente. Después de la decisión final, los jugadores del conjunto verdiblanco salieron al césped para despedirse de su afición. En las próximas horas se conocerá qué día se reanuda el partido, cómo se hace (si a puerta abierta o a puerta cerrada) y cuál es la sanción que le cae al Betis, qeu tiene pinta que será histórica.