A Koeman no le salió nada contra el Benfica. A pesar de implantar su sistema de tres centrales, a los dos minutos ya había encajado un gol. A esto se le sumó que uno de sus baluartes recibió una tarjeta amarilla muy pronto. Piqué estuvo a punto de revivir la segunda y fue cuando Ronald movió rápido el banquillo.
El neerlandés sacaba en el 33 a uno de los capitanes del campo por el miedo a que le expulsaran y Gerard se fue un poco con cara de circunstancia sin entender nada. Ya en el banquillo las cámaras le captaban y su cara no era precisamente de felicidad.
Tras el partido lo explicó. "En el juego que hemos hecho de arriesgar y de presionar, tener a un jugador con una tarjeta, y casi expulsado, era un riesgo. Con Frenkie teníamos más salida de balón. Pero si no marcas no tienes razón".
Lo que se volvió a criticar del entrenador es que cuando metió a Gavi, retrasó la posición de De Jong, el mejor que estaba siendo en ataque y a partir de ahí el Barça dejó de generar llegadas. El culpable, al final, es el entrenador, pero creo que el planteamiento estuvo bien porque fuimos superiores pero, hasta el 2-0, tuvimos más problemas. No hemos sido inferiores, hemos sido inferiores en la efectividad. Estamos en un momento en el que estamos cambiando cosas, falta gente. No hace falta repetirlo.