Se habló mucho de salida de Iker Casillas del Real Madrid en el 2015. Se decía que se había ido por la puerta de atrás. Su última rueda de prensa entre lágrimas anunciando que se iba dio mucho que hablar ya que más allá de esto no tuvo un acto institucional para despedirlo después de todo lo que había dado al club con su larga trayectoria.

Continuó su carrera en Oporto, pero su fatídico infarto truncó la carrera del portero en los terrenos de juego por lo que se decantó por los despachos. Primero fueron los del club portugués donde su cargo era una especie de enlace entre jugadores y directiva y después se decidió por presentarse a la presidencia de la Federación Española de Fútbol, hasta que hace poco y debido a la pandemia decidió retirarse de la candidatura.

Después de cinco años, Casillas vuelve al club de su vida. Según 'Marca', el trabajo del guardameta está aun por concretar, pero será una especie de asesor de Florentino Pérez. De momento no se ha hecho oficial, pero está previsto que empiece a desarrollar sus funciones en el comienzo de la próxima temporada en septiembre.

Sería algo muy parecido a lo que Zidane desempeñó en su día. Tendría cerca al vestuario, donde él se sabe desenvolver muy bien, y cerca al presidente para atender a las peticiones o quejas de la plantilla con respecto al club, en definitiva, un enlace entre ambos. También se baraja que sea un embajador de la institución blanca como ya han hecho con anterioridad Roberto Carlos o Álvaro Arbeloa.

Iker prometió volver en su despedida y así lo ha hecho. No vuelve de cualquier manera, su cargo cercano a Florentino le permitirá ser de nuevo uno de los emblemas del club y del madridismo. Atrás quedarán los malos rollos que tuvo y que provocó su salida.

El exjugador del Oporto siempre ha dicho que le recibieron muy bien en el país vecino. Él mismo lo decía hace unas semanas en un post de Instagram. "Necesitaba volver a sentirme otro. Tener un nuevo ambiente, abandonar estar tan expuesto a la crítica y querer mejorar. Es así amigos, todos los jugadores (sean buenos o malos) quieren mejorar. Y para ello hay mejorar lo físico y lo mental. Y esto último era importante. En Oporto lo volví a sentir. Que no os cuenten otras cosas".

El Oporto ha vivido grandes cosas personalmente y profesionalmente. Su hijo mayor se fue con apenas un año y el pequeño nació allí. Atrás quedará grandes momentos. Hace días se le veía celebrando en el césped con los jugadores portugueses el último título que estos consiguieron como uno más. ¿Se despediría en ese momento de los que le dieron una oportunidad tras el Madrid?

Ahora él y Sara Carbonero tendrán que hacer de nuevo las maletas para volver a su casa y al equipo que le vio crecer.