Erling Haaland fue uno de los deseos más profundos de Joan Laporta hasta que fichó por el Manchester City y también de la afición. La grada del Camp Nou le mostró la admiración al delantero cuando saltó a calentar.
El noruego partió desde el banquillo y cuando se dirigió a la banda para hacer los ejercicios previos a ingresar en el terreno de juego se llevó una sonora ovación por parte del feudo culé. Algo que Haaland agradeció y les devolvió el gesto con la mano al aire.