Todo empezó en enero de este año. Carol y Richard, de Reino Unido, le compraron a su hija de nueve años una Xbox.Rápidamente, la pequeña se descargó el videojuego de moda que está rompiendo todos los registros en este 2018, Fortnite, y empezó a jugar. Después de varios meses, en marzo, la profesora del colegio se reunió con Carol y Richard.
Les pidió una tutoría para preguntarles si toda iba en casa porque la pequeña se había dormido varias veces en clase y sus notas estaban empeorando. Esta fue la primera señal que alertó a sus padres, pero no la única. La niña de nueve años era una gran aficionada al deporte y desde hacía unos días había dejado de ir a sus clases de gimnasia y de ballet porque decía que estaba demasiado cansada.
“Cuando hablamos con ella y le preguntamos si tenía algún problema, se puso muy contestona y agresiva, algo que nosotros relacionamos con las hormonas”, declara su madre a medios ingleses. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que tenían cargos en su tarjeta de crédito.
Fue entonces cuando la pequeña admitió que había comprado mejoras para jugar Fortnite y sus padres decidieron restringirle el tiempo de juego. “Estábamos enfadados y preocupados y le confiscamos la Xbox. Cuando mi marido le quitó la consola, nuestra le hija le pegó en la cara”, confiesa Carol.
Pocos días más tarde se dieron cuenta de la gravedad del asunto: “Mi esposo vio su luz encendida por la noche y la encontró sentada sobre un cojín empapado de orina jugando a Fortnite. Tenía toda la espalda enrojecida. Estaba tan enganchada al juego que ni siquiera iba al baño”.
La pequeña se echó a llorar y les confesó que había estado jugando todas las noches a escondidas durante los dos últimos meses desde que sus padres se iban a dormir hasta las cinco de la mañana. “Creemos que podría haber estado jugando hasta 10 horas cada noche y nosotros no teníamos ni idea”.
Carol y Richard pidieron ayuda inmediatamente y la pequeña ingresó en un centro de rehabilitación. Gracias a la terapia, va recuperándose su adicción poco a poco. Y es que, debemos recordar que el trastorno por videojuegos ya es considerado una enfermedad y no es la primera niña que tiene problemas de este tipo. El gobierno chino tuvo en su punto de mira la videojuego Arena of Valor por los numerosos casos de adición que se dieron en un corto periodo de tiempo. Para evitar y prevenir este tipo de casos, en ‘Generación Pro’ te explicamos siete claves para no confundir afición con adición.