El Barça ha conseguido una importante victoria este jueves ante el Fenerbahçe Beko Istanbul (74-80) pone fin a una mala racha de tres derrotas consecutivas, en una noche en la curaron su herida a costa de ahondar en la de su rival, que parecía curada, y gracias al buen hacer de Nikola Mirotic, Brandon Davies o Víctor Claver, los blaugranas cierran esta semana con una sonrisa y más cerca de la cabeza de la tabla.

Un triunfo trabajado, en un partido serio en el que se pusieron las pilas en detalles de importancia como el control del rebote, con hasta once capturas ofensivas que dieron segundas oportunidades que acabaron teniendo su peso en la victoria. Además, las asistencias y el juego rápido y abierto fue clave al inicio del partido para ponerse arriba y obligar al Fenerbahçe, que vuelve a perder después de tres triunfos seguidos, a ir a remolque.

Los blaugranas tuvieron que poner mucho de su parte para olvidar las sensaciones de las tres derrotas anteriores. A nivel de pérdidas, la mejora fue más que notable respecto a las 17 que tuvieron ante Maccabi Tel Aviv. También se esmeraron en el rebote y con peso en el ofensivo, y lo que más trabajo dio fue no amilanarse ante la presión de la grada y el juego duro de los locales.

Duro dentro de la permisividad cambiante del trío arbitral, que empezó pitando todo y acabó por 'compensar' en el segundo cuarto, cuando apenas señaló nada en contra del Fenerbahçe. No fue decisivo, pero sí ayudó a la reacción de un 'Fener' que en el segundo parcial, nada más empezar, se vio 18 puntos abajo (12-30) y acabó remontando.

Ese segundo cuarto fue para los turcos (27-18) y dejó el partido igualado al descanso (39-42). En la reanudación, los ánimos se calmaron, no hubo tanto contacto y el Barça pudo acercarse a la gran circulación de balón que tuvo en un primer cuarto en el que rozó la perfección. Aún así, sólo logró un +2 el equipo de Svetislav Pesic en el tercer parcial y el partido se decidió en diez minutos finales de infarto.

En ellos, Fenerbahçe logró gracias a Nando De Colo y a Ali Muhammed darle la vuelta al partido y ponerse por delante en el marcador por primera vez (62-61). El Barça, que no va sobrado de confianza, apretó los dientes atrás y apostando de nuevo por el juego colectivo no sólo aguantó el tipo sino que incluso volvió a abrir una pequeña brecha hasta el 64-71, obra de un gris Cory Higgins.

Jan Vesely, que había sido un tormento para los blaugranas con sus 7 puntos y 6 rebotes, cometió una quinta falta personal que bastante tardó en llegar visto que se puso rápido con cuatro. Sin él, Zeljko Obradovic no tuvo más remedio que apostar por un Derrick Williams que, siendo un número 2 del 'Draft' de la NBA, estuvo ciego desde el triple y apenas aportó puntos a su equipo, fallando tiros que hubieran sido letales para el Barça en caso de entrar.

En cambio, Malcolm Delaney tuvo su momento de gracia en el último cuarto. Si en el tercero fue Víctor Claver (17 puntos) quien mantuvo a los catalanes a flote con sus triples y rebotes, en el último periodo el base estadounidense demostró que le va la fiesta. Con entradas eléctricas y triples en carrera 'marca de la casa', fue clave para volver a situar la barrera moral de los 10 puntos (66-76). Una diferencia que tuvo sus más y sus menos pero, esta vez, el Barça no falló en la línea de personal, siguió fuerte atrás y anuló el intento de reacción local, con un 8-4 final que no fue suficiente.