Más allá del legado como jugador de baloncesto, nadie habla mal de Kobe Bryant, un jugador autoexigente, ganador y aplaudido por el profundo respeto que tenía con sus rivales. El jugador amaba España, no sólo por la amistad que le unía con los hermanos Gasol, sino porque cuando tenía oportunidad, acudía a nuestro país, donde se le vio de visita en algunos entrenamientos del FC Barcelona.
Kobe pasó parte de su infancia en Italia, en la pequeña ciudad de Reggio Emilia. Cuando tenía 6 años, su padre, Joe, se retiró después de una larga carrera en la NBA, donde jugó durante cinco temporadas en el país transalpino. Allí, el jugador comenzó su carrera jugando en el equipo juvenil de Pallacanestro Reggiana, en el equipo de su padre, donde Kobe aseguró, en una visita a la ciudad en 2016, que su historia comenzó allí: "Tengo tantos recuerdos especiales. Aquí podría andar en bicicleta o ir a comer un helado con mis amigos".
Kobe hablaba un italiano perfecto y dominaba otros idiomas, como el español. Su cercanía, la cultura italiana y su vida en este país hicieron que se viera identificado también con España. Un amor y un respeto por nuestro país que se vio reforzado cuando conoció a Pau Gasol.