Ayer comenzaba la primera etapa del Tour de Francia. Un evento deportivo en el ciclismo que se esperaba con muchas ganas. Lo que no se podía presagiar es que iba a ser tan dura.

Todo se complicaba tras empezar a llover unos kilómetros después de que se empezara la jornada. Esto hacía resbaladizo el asfalto de Niza y en las bajadas se complicaba todo mucho más. Como así sucedió.

En los descensos, ir en el pelotón era una actividad de riesgo. Comenzaron las primeras caídas que desembocan en una cadena de otras muchas. Omar Fraile asegura que había sido una "auténtica carnicería". Todo esto dio como resultado que más de 80 ciclistas acabaran en el suelo y otros muchos con heridas en las piernas o en los brazos.

El asfalto presentaba agua y aparecía espuma lo que provocaba que las bicis patinaran "muchísimo, parecía como jabón".

Finalmente, y después de todos los incidentes, Kristoff se ponía el maillot amarillo y ganaba la primera etapa del Tour llena de accidentes.

El ciclista belga Philippe Gilbert (Lotto-Soudal) ha abandonado el Tour de Francia después de que las pruebas médicas hayan confirmado que sufre fractura de rótula en la rodilla izquierda, mientras que el español Rafa Valls (Bahrain-McLaren) también se ha dado de baja por una fractura en el fémur derecho.

La accidentada etapa inicial del Tour acabó con la participación de Gilbert por culpa de una lesión ya conocida para él, ya que en el Tour de Francia 2018 se rompió la misma rótula tras una caída en el descenso del Portet d'Aspet.

Además, el equipo Lotto-Soudal también sufre el abandono de John Degenkolb, que llegó fuera de control tras verse involucrado en otra fuerte caída que le obligó a recorrer solo y dolorido los últimos 65 kilómetros de la etapa.

Por su parte, Rafa Valls también se fue el suelo, en su caso a tres kilómetros de meta, y las pruebas médicas confirmaron la fractura en su pierna derecha, por lo que Mikel Landa pierde a un gregario importante para este Tour.