La abyección humana parece no conocer límites. Esta vez, la víctima ha sido un perro en Portugal. Abandonado de manera cruel por su dueño (atado a un árbol de manera que ni siquiera podía tumbarse), el animal ha estado a punto de morir en un bosque próximo a la ciudad portuguesa de Oporto.

Por suerte, un grupo de ciclistas que pasaba junto a la carretera oyeron sus gemidos y pudieron dar con él. Con cuidado por el recelo comprensible de animal, logran tranquilizarlo con algo de comida y finalmente liberarlo de su cautiverio.

El animal ha sido atendido después por los bomberos de la localidad y se encuentra recuperándose. Gracias a la intervención de estos ciclistas se ha podido salvar la vida a un ser inocente. Por desgracia, son miles los animales domésticos que se abandonan cada año. Según la Fundación Affinity, solo 2017 la cifra llegó a los 138.000… y solo entre perros y gatos.