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La cara oculta de Michael Jordan explicada por uno de sus hijos pequeños: "Crecí jugando a la Play en un avión privado"

  • Marcus, hijo de Jordan, admite que tuvo presión cuando jugaba al basket en la Universidad

  • "La parte negativa es que todo el mundo viene esperando algo de ti"

La figura de Michael Jordan vuelve a estar de plena actualidad gracias al documental The Last Dance, que repasa su vida y sus años en los Bulls, donde consiguió seis anillos de campeón de la NBA.

El documental nos permite conocer más a la figura más legendaria del mundo del baloncesto. Y no solo con lo que hacía en la cancha; sino también lo que ocurría fuera de ella. Eso ha dejado ver su lado más oscuro o menos habitual, como su relación con los compañeros en los entrenamientos o su afición por el mundo de las apuestas.

The Last Dance ahonda en la relación que tuvo Michael con su padre, quien fue dramáticamente asesinado; pero no ahonda demasiado en la que tenía con sus hijos.

Marcus segundo hijo de Jordan, ha contado cómo fueron sus días de infancia, desvelando lo mejor y lo peor de dicha situación.

El lado oscuro de ser hijo de una leyenda

El propio Marcus admite que, de pequeño, tenía cierta presión por ser hijo de Michael Jordan. Especialmente porque destacó en el baloncesto universitario en University of Central Florida, pero decidió no seguir los pasos de su padre. Marcus, quien fue el segundo hijo de Michael Jordan, admite que tuvo el “privilegio” de ver que a su hermano mayor, Jeffrey, pasó la peor parte, y asumió que también le iba a pasar algo similar.

También habla de las ventajas que tenía ser descendiente del mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos. “No tomé mi primer vuelo comercial hasta que estaba en secundaria. Crecí jugando a la PlayStation en un avión privado. Mi madre, que es del lado sur de Chicago, nos crió para que mantuviéramos los pies en la tierra y visitáramos a la familia. Tuvimos una educación normal, fuimos a la escuela pública”, afirma Marcus.

La parte más negativa para Marcus afirma que era “tener que actuar bajo el supuesto de que la gente siempre quiere algo de ti, ya sea una zapatilla de Jordan o una conexión de algún tipo. Tienes que esperar que la gente venga con las manos extendidas; es el único problema de ser hijo de Michael”.

Actualmente, y desde 2016, Marcus regenta una empresa de venta de calzado: abrió la tienda un día 23 de mayo, para rendir tributo al número inmortalizado por su padre.