Perder peso siempre es una tarea complicada. Lo que comemos, el ejercicio físico que realizamos e, incluso, factores fuera de nuestro control, como la genética, la dependencia hacia ciertos medicamentos y el tiempo y el dinero del que disponemos pueden complicar, y mucho, nuestro proceso de adelgazamiento. Casi siempre nos centramos en nuestra actividad diurna diaria; pero, aunque no lo creas, también gastamos calorías en la cama (durmiendo nos referimos, en lo que estás pensando también quema calorías, pero de eso hablaremos otro día).

Aunque en multitud de ocasiones hemos oído o leído que durmiendo se acumula la grasa porque estamos inactivos, esto no es cierto. El cuerpo necesita energía, incluso en reposo, para mantener activas las funciones más básicas. Diversos estudios muestran que la actividad mental supone alrededor del 20% de su tasa metabólica en reposo o, lo que es lo mismo, las calorías que quemas sin moverte físicamente.

Tu cerebro continúa funcionando mientras duermes; de hecho, este poderoso órgano trabaja tanto durante el sueño REM como mientras estás despierto. Entonces, ¿cuántas calorías quemas mientras duermes? Resulta que hay una serie de factores, como el peso o la cantidad de horas que duermes, que condicionan la respuesta a esta pregunta

Lo primero de lo que te vamos a hablar es del concepto de tasa metabólica basal (TMB), que es la cantidad mínima de energía que una persona necesita, en estado de reposo, para llevar a cabo aquellas funciones vitales necesarias para el correcto funcionamiento del organismo. Estamos hablando de, por ejemplo, el latir del corazón, la respiración o la regulación de la temperatura corporal.

Como puedes ver, es un indicador que está directamente relacionado con la capacidad que tiene una persona para perder peso. Lógicamente, no es igual en todas las personas, sino que varía en función de factores como la edad, el peso, la altura o el sexo. Estos son algunas estimaciones medias del gasto de calorías que se pueden lograr durmiendo ocho horas, aunque hay que tener en cuenta también la altura y el nivel de actividad diario que tengas.

Como se puede ver, la cantidad de calorías quemadas disminuye con la edad y aumenta con el peso corporal. El metabolismo se ralentiza con la edad, así que no es sorprendente que veamos una disminución en la quema de calorías con el paso de los años. Al mismo tiempo, cuanto más grande sea el cuerpo de una persona, tanto por peso como por altura, más calorías quemará para funcionar en reposo.

Afortunadamente, puedes variar estas cifras para aumentarlas mientras duermes. La mejor forma de hacerlo es conseguir un mejor descanso nocturno. Un sueño más reparador implica más sueño REM (movimiento ocular rápido), que es cuando tu cerebro está más activo y quema más calorías. Esto se debe a que el cerebro quema más oxígeno cuando está trabajando duro durante este sueño profundo.

Dormir poco o mal, a lo largo del tiempo, puede contribuir al aumento de peso y a la obesidad. La falta de sueño eleva ciertos niveles hormonales en el cuerpo, como el cortisol. Esta hormona hace que la grasa, en vez de repartirse por todo el cuerpo, se acumule solamente en el abdomen. No sólo eso, sino que también puede aumentar el apetito y provocar un metabolismo más lento.

Otra manera de hacerlo es con la práctica deportiva, aunque sea moderada, ya que esto acelerará tu metabolismo y hará que quemes más calorías durante el sueño. Lo aconsejable es dejar al menos una hora de intervalo entre el final de nuestro ejercicio, si es de carácter moderado, y la hora de dormir para que nuestro cuerpo se relaje y la adrenalina que hemos segregado vaya desapareciendo. Para un entrenamiento algo más intenso, lo aconsejable es que pasen entre 2 y 3 horas antes de ir a dormir.

Recientes estudios han descubierto ciertos "trucos" para lograr adelgazar algo más mientras que se está durmiendo. Investigadores de la Universidad Estatal de Florida descubrieron que aquellas personas que consumieron 30 gramos de proteína antes de acostarse experimentaron un mayor gasto de energía en reposo a la mañana siguiente en comparación con los que no comieron nada antes de acostarse.

Otro estudio sostiene la idoneidad de dormir en completa oscuridad, pues así tu cuerpo produce la hormona melatonina, que no solo te hace sentir somnoliento, beneficia a tus ritmos circadianos y puede ayudarte a quemar calorías.

Finalmente, un curioso estudio subraya que dormir en una habitación más fría de lo habitual puede ayudarte a conciliar el sueño más rápido y adelgazar al gastar más calorías para mantener la temperatura corporal. Eso sí, sin pasarse: no se recomienda dormir a más de 23 grados ni por debajo de los 12.

Una pregunta muy habitual es cuántas calorías quemamos durmiendo 8 horas de media. La respuesta no es sencilla, pero varios estudios han demostrado que una persona quema, aproximadamente, 1 caloría a la hora por cada kilo de peso. Eso significa que una persona media de 70 kilos quemará unas 560 calorías si duerme plácidamente durante 8 horas.

Aparte de estos últimos estudios, que todavía no están demasiado avalados por la ciencia, debes quedarte con el hecho de que cuánto mejor duermas, más calorías vas a quemar y que el ejercicio durante el día puede ayudarte en este fin. Quemar calorías dormido es una realidad y podemos perder peso incluso soñando plácidamente.