Se tomó en serio Quique Setién la Copa. No quería sorpresas y tiró de un once de gala. Salió el Leganés sin complejos. En la primera aproximación, Braithwhite robó una pelota que rozó el palo de Ter Stegen. El Barça, muy desordenado, no lograba mantener el control del balón.
Pero en cuanto lo tuvo, el Barça empezó a dominar el juego. En el minuto 4, Griezmann recibió un balón de Semedo y el francés no perdonó rematando cruzado ante Cuéllar. El francés, salvador de su equipo ante el Ibiza, protagonizó la segunda jugada de peligro del Barça ante el conjunto pepinero marcando un gol, que el árbitro anuló por fuera de juego de Jordi Alba tras la consulta con el VAR.
Los culés robaban rápido con una presión muy alta y dificultaba el juego de los pepineros. Griezmann era el más enchufado protagonizando las ocasiones más claras. Tanto era el ímpetu que casi le quita el segundo a Lenglet, que marcó de cabeza a saque de esquina con una jugada marca de la casa.
El Barça tocaba y tocaba pero sin ritmo y con algunas imprecisiones y el Leganés, cada vez que robaba, trataba de sorprender, pero sin dinamita arriba es complicado. Braithwhite, muy peleón, estaba demasiado aislado.
En la segunda parte, misma tónica. El Barcelona dormía el partido controlando la pelota, pero con un juego más estático. Con algunas imprecisiones al borde del área y sin mordiente. Arturo Vidal probaba fuera del área pero sin fortuna.
Movía el banquillo Aguirre para dar entrada a Eraso por un Roque Mesa muy discreto. Y llegó el tercer tanto del Barça en una jugada individual de Leo Messi con algo de fortuna.
Setién empezó a mover el banquillo: Rakitic por un tocado Arturo Vidal y daba descanso a Jordi Alba por Junior y a Arthur por Griezmann. El brasileño marcó el cuarto tras varios rechaces. Y Messi hizo el quinto tras regatear a Cuéllar. Partido plácido para los culés que ya esperan rival en cuartos.