Real Madrid y Barcelona se daban cita en el primer clásico de la temporada para disputar la final de la Supercopa. Los de Laso se hacen con su séptimo trofeo en esta categoría en un partido muy disputado hasta el final (72-67).

Los de Laso comenzaban fuerte el primer tiempo. Los primeros compases del partido estuvieron marcados por las dudas y los fallos de cara al aro, pero tras un tiempo muerto, los blancos se hacían más fuertes con las canastas de con canastas de Abalde y Carroll. La buena propuesta defensiva también funcionó y se llevaban el primer cuarto por 18-14.

El equipo de Jasikevicius plantó cara desde el comienzo del segundo tiempo y no dejó que el partido se le fuera tan pronto. Mirotic se puso el traje de faena y comandó la remontada del equipo que se fue al descanso con una ventaja mínima de 31-32.

El peso del paso del tiempo hacía mella y la intensidad de los dos equipos aumentaba. La diferencia en el marcador era mínima y el baile de cifras arriba y abajo estaba ahí. Un triple de Abalde y una jugada en el último segundo de Thompkins daba la vuelta al marcador de nuevo de cara a favor del Madrid 50-49.

En apenas dos minutos, el Barça daba la vuelta al luminoso con 6 puntos de ventaja y otra vez era Mirotic el protagonista. Laso paraba el partido con un tiempo muerto para repasar las ideas. Esto haría efecto tras marcar un parcial de 7-0 y ahora era Jasikevicius el que paraba el partido. Llul y Campazo se ponían las botas desde más allá de los 6,75. De aquí hasta el final ya no dejarían que el Barcelona los superase, pero sí que se pondrían las tablas en el marcador. A Campazzo no le temblaba el pulso en los últimos momentos y anotó una gran canasta a falta de 26 segundos que pondría en ventaja para los blancos. La gran defensa de Rudy haría el resto (72-67).