El Ciudad Rodrigo ganaba 4-1 al Barrio El Zurguén B en categoría benjamín en el partido de fútbol disputado el pasado sábado 3 de febrero. En la última jugada del encuentro, el equipo local cometió falta al borde del área. Fue entonces cuando David Téllez, el colegiado, protagonizó un gesto que demuestra que su labor en el deporte base va mucho más allá del mero arbitraje.

“Vi que el portero del Ciudad Rodrigo colocaba a dos compañeros en la barrera pero los colocaba mal, incluso fuera de la portería. Entonces me acerqué y le dije que si quería que le ayudase y me dijo que sí. Me puse en el palo con él y le dije como tenía que hacerlo y coloqué la barrera con él”, explica a este medio el propio árbitro. No fue la única acción de este tipo que protagonizó en el partido.

Ya en la primera parte, Téllez había consolado a un jugador del Barrio El Zurguén tras haber cometido penalti: “Le dio el balón en la mano y tuve que pitar penalti porque iba a gol. Vi que el chico rompió a llorar y me acerqué a él para decirle que no se preocupase y le di un abrazo. Después de marcarlo, volvió a llorar y me volvía a acercar para consolarlo. Le dije que levantase la cabeza y que siguiese jugando porque quedaba mucho partido por delante”.

Dos gestos que demuestran que la educación y los valores en el fútbol base no es solo responsabilidad de clubes y padres, sino que los árbitros también pueden aportar su granito de arena. Téllez, de 20 años, lleva arbitrando desde los 15 y asegura que él suele hacer este tipo de acciones en todos los partidos que arbitra: “Me parece que en estas edades (recordemos que los pequeños tiene 9 y 10 años) lo importante es que aprendan a jugar y se diviertan, lo de menos es el resultado”.

Tantos los padres como los entrenadores de ambos equipos le agradecieron su labor a Téllez: “Los padres me aplaudieron y algunos, incluso vinieron a darme la mano. Los entrenadores me dieron las gracias y la enhorabuena al terminar el partido”.