Una árbitra de 16 años estaba dirigiendo el partido de fútbol femenino entre el Rivanazzanese y el Real Meda, de la categoría regional sub 15 de Italia. La tensión arrancó cuando la colegiada empezó a pitar el final del partido y, en ese momento, el Meda anota el gol, que sube al marcador.
Según la reglamentación, se necesitan tres pitidos para que se dé por finalizado el encuentro. Pues bien, esto no lo entendió así el entrenador del Rivanazzanese, que corrió como loco por el campo arremetiendo contra la árbitra poniéndole las manos encima hasta que la tira y cae al suelo.
Instintivamente, la colegiada trató de huir hasta que el padre de una de las jugadoras la alcanza para intentar darle patadas. Gianni Zaninello, director del Real Meda, aseguró al medio italiano Il Giorno que el padre "quería hacerle daño, pero cuando escuchó que el padre de la niña llamó a los carabinieri salió huyendo".