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El trastorno por videojuegos ya es considerado una enfermedad: ¿Soy un adicto si juego muchas horas?

cuatro.com 15/05/2018 13:00

Sobre las consecuencias negativas de los videojuegos se ha escrito y discutido mucho. Cada vez más. Incluso ahora que las competiciones profesionales de videojuegos, más conocidas como deportes electrónicos (esports), se han convertido en un fenómeno deportivo con millones de seguidores en todo el mundo y con jugadores que emplean gran parte de su tiempo en el juego, como otros deportes. Por eso una de las consecuencias derivadas del consumo de videojuegos sobre las que más se habla es la de la adicción

¿Existe la adicción a los videojuegos?

Una adicción es un hábito de consumo del que resulta muy difícil prescindir por razones de dependencia. Los videojuegos (como prácticamente cualquier cosa) pueden convertirse en ese hábito pernicioso que se termina convirtiendo en adicción y, por lo tanto, en una enfermedad. Tradicionalmente las adicciones a los videojuegos se han considerado como una adicción tecnológica similar a la adicción a internet. Ha sido en los últimos años cuando diferentes organismos sanitarios y agrupaciones de psicólogos han prestado especial atención a esta enfermedad concreta. Prestigiosas instituciones como la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) ya han discutido sobre el concepto Internet Gaming Disorder, y recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado que reconocerá el trastorno por videojuegos como una enfermedad mental en su 11º edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11).

Los profesionales médicos de los hospitales españoles públicos se basan los criterios de la CIE, un manual que recoge las bases para diagnosticar cualquier enfermedad física o mental. "Hasta ahora no existían criterios unificados para diagnosticar una enfermedad derivada del consumo de videojuegos", afirma la psicóloga Marta Garrote, "que la APA y la OMS vayan a incorporar el trastorno por videojuegos en sus manuales de diagnóstico significa que las organizaciones médicas han decidido darle una importancia relevante al aumento del uso y consumo de videojuegos a nivel mundial".

Dentro de los juegos causantes de la enfermedad no están solo los videojuegos comerciales que vemos en las tiendas o en Internet, sino también otros juegos digitales como las apuestas o los juegos de casino en línea. Hasta la publicación de la CIE-11 no se especificarán concretamente los criterios diagnósticos, pero tal y como recoge la revista científica New Scientist la OMS ha identificado los síntomas genéricos para probar la existencia de este trastorno. También ha aclarado que la mayoría de personas que juegan a videojuegos no sufren ningún trastorno por ello, de la misma forma que no todas las personas que consumen alcohol padecen alcoholismo.

Menos del 3% de jugadores muestran síntomas de adicción

Un estudio de la Universidad de Oxford con videojugadores online demostró que solo entre un dos y un tres por ciento de los individuos mostraron síntomas de adicción según los criterios de la APA, concluyendo que los videojuegos online producen menos adicción que otro tipo de actividades como las apuestas. Pero a pesar del reducido número, el riesgo sigue estando ahí. Para las organizaciones médicas citadas anteriormente, el juego se convierte en adicción cuando el individuo no puede parar de jugar. El problema comienza cuando las sesiones de juego restan tiempo de manera sistemática a otras actividades como el estudio, el trabajo u otros hobbies.

¿A partir de cuántas horas se puede considerar una adicción?

Hay una gran diferencia entre jugar muchas horas y tener una adicción. "No es tanto una cuestión de horas sino la dependencia que el jugador tiene del juego, una dependencia que puede llegar a afectar a diversos ámbitos de su vida como el personal, laboral o económico", afirma Garrote. La APA ha avanzado una lista de nueve criterios de diagnóstico en los que no hay una referencia concreta a la duración de las sesiones de juego, sino una serie de síntomas entre los que se encuentran la sensación de malestar cuando no se juega, síndrome de abstinencia o incluso recaídas cuando se ha regulado el consumo.

Los videojuegos pueden llegar a convertirse en una adicción y evolucionar en una enfermedad de la misma manera que el tabaco, la comida, las compras, el sexo, la televisión o el trabajo. No obstante, en la mayor parte de los casos es muy difícil que se den los requisitos necesarios para llegar a ello. Los videojuegos forman parte de nuestra vida como otras muchas aficiones y la clave está en hacer de ellos un uso responsable.

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Marcos Antón. Periodista especializado en eSports. Investigador en la Universidad Complutense. Apasionado de los videojuegos y los deportes electrónicos dentro y fuera de casa. Empeñado en convertir a los neófitos en aficionados a los eSports.