Jimeno ha ido a su oráculo favorito en busca de una respuesta: si los niños pudieran reformar la constitución, ¿qué nuevas leyes pondrían? Entre las respuestas más disparatadas se propone prohibir gritar al oído, dar masajes gratis para todos para que la gente vaya más tranquila o quitar de en medio las montañas ¡porque están muy altas!