Javier Abascal ha salido a la calle a preguntar si la gente es o no de selfies. La mayoría contestaba que sí, pero había alguno que no, por lo que entre eso y la facilidad de Abascal para cambiar de tema y desconcertar al personal no es de extrañar que hayan acabado hablando de vampiros, entre otras cosas. Eso sí, con un selfie final, también.