Cuatro al día se ha trasladado hasta una de las residencias de Galicia donde, al estar ya en la fase 2 de las desescalada, se permiten las visitas a los mayores que viven en las residencias de ancianos. Cumpliendo todas las normas de seguridad, Carlos ha visitado a su padre y, después de tanto tiempo, se ha puesto a llorar: “Me cuesta no darle un beso y un abrazo”, ha dicho a nuestra reportera.
Tanto él como los demás familiares que estaban visitando a los residentes han respetado las normas: llevaban la mascarilla y, aunque les haya costado mucho, han evitado el contacto físico. Es importante que lo hagan, pues las residencias de ancianos, especialmente en Madrid y en Castilla y León, han sido el gran foco de los contagios y las muertes por COVID-19 en España.