El pasado mes de abril, el partido animalista PACMA denunciaba el presunto maltrato que los trabajadores de la empresa Vivotecnia, un laboratorio de investigación biofarmaceútica con sede en la Comunidad de Madrid, ejercía sobre los animales con los que realiza sus inhumanas prácticas de ensayo y error.
Aunque en su página web, caída y en mantenimiento desde que se publicó este escándalo, presumían de su “respeto” en el trato de los animales con los que trabajan, la divulgación de un vídeo en el que los trabajadores se burlan y torturan sin piedad a perros, monos, conejos o roedores, ha dejado a este laboratorio en total evidencia.
En el vídeo, los presuntos maltratadores llegan a decapitar a ratones con una tijera (sin anestesia) o a golpear a perros en la cabeza mientras les gritan: “Bienvenidos al infierno”. La crueldad de estas imágenes hizo que la Comunidad de Madrid interviniera el laboratorio y, afortunadamente, se encargara de la tutela de los animales vejados que aún seguían con vida.
Sin embargo, esa tutela tenía una letra pequeña: Madrid los protege, pero no los deriva a protectoras con veterinarios que se encarguen de sus cuidados y recuperación, sino que lo hace desde dentro del propio laboratorio. Esto ha hecho que el último fin de semana de mayo, defensores de los derechos de los animales se hayan manifestado en la puerta del Sol.
Este laboratorio, ahora en el punto de mira, trabaja desde el año 2007 para empresas que distribuyen fármacos y otros productos sanitarios y también para la industria cosmética; tres áreas en las que se suele llegar al producto final a través de los ensayos con animales. La única manera de evitar la compra de este género es asegurarse de que llevan el sello, logo o símbolo cruelty free o “no testado en animales”.