Un robot submarino de última generación al mando de un equipo de científicos conseguía en 2015 realizar una serie de inmersiones en varias cuencas oceánicas en el Golfo de California utilizando el Doc Ricketts, el vehículo de operación remota (ROV) del MBARI (Monterey Bay Aquarium Research Institute). Una de las autoras del estudio estaba especialmente interesada en estas áreas porque su tesis doctoral se enfoca en animales que viven en ambientes con muy poco oxígeno. Las aguas profundas del Golfo de California tienen algunos de los hábitats más extremos de bajo oxígeno del mundo. "Estábamos en un hábitat subóxico, que debería excluir a los peces, pero en cambio, había cientos de peces. "Inmediatamente supe que esto era algo especial que desafiaba nuestra comprensión actual de los límites de la tolerancia a la hipoxia (bajo nivel de oxígeno)".
Los aparatos utilizados revelaron que estos peces vivían en un entorno marino en el que el oxígeno era una décima parte a la tolerada por otros peces. De hecho, dos especies de peces (anguilas y tiburones piruletas) parecían preferir estas áreas de bajo oxígeno en áreas donde las concentraciones de oxígeno eran más altas.
Una de las dinámicas que emplearon fue observar las variaciones naturales de oxígeno y temperatura encontradas en el Golfo para determinar cómo las comunidades de animales del fondo marino podrían cambiar en respuesta a condiciones de oxígeno más cálidas y reducidas que han sido predichas por algunos modelos climáticos.
Los biólogos marinos aún se encuentran sorprendidos al ver que estos peces pueden sobrevivir, e incluso prosperar, en condiciones tan precarias. Tanto las anguilas como los tiburones felinos tienen cabezas grandes con branquias rojas vibrantes, que pueden ser particularmente buenas para absorber el oxígeno del agua circundante. Los peces también son pequeños, miden menos de 30 centímetros de largo, con cuerpos flácidos y huesos delgados y poco desarrollados, todos los rasgos que pueden ayudarlos a conservar energía.
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