La estructura dental de un antepasado humano es similar a la actual
La coautora del estudio, Debbie Guatelli-Steinberg, profesora de Antropología en la Universidad Estatal de Ohio, se mostró sorprendida al encontrar diversas similitudes del desarrollo dental de este niño en comparación con el de un infante actual.
Los dientes proporcionan algunos de los mejores datos que los antropólogos tienen sobre el crecimiento y desarrollo de nuestros ancestros, según Guatelli-Steinberg. Esto se debe a que las líneas de crecimiento en los dientes conservan un registro de desarrollo dental.
Si comparásemos a los clásicos primates con los humanos modernos, estableceríamos una analogía al observar que los dientes tardan mucho tiempo en formarse y desarrollarse. Los expertos consideran que esta característica está asociada con los periodos más prolongados de dependencia infantil de los seres humanos: cuánto tiempo está un niño al cuidado de un adulto".
Procedimiento
Para realizar este proceso, los científicos utilizaron imágenes de rayos X de sincrotrón para observar el interior del fósil y ver la estructura de los dientes. También prestaron atención a las líneas de crecimiento, que revelaron la evolución de los dientes. Los expertos se sorprendieron ante los datos obtenidos, ya que mostraba características similares entre homínidos y humanos modernos, como la dimensión y la forma del cráneo así como el gran tamaño de las piezas dentales.
Valiéndose de las líneas de crecimiento, lograron determinar la edad aproximada del niño que rondaría los seis años y medio. Una de las pistas la sugirió el primer molar de este joven desgastado, que había erupcionado unos meses antes del fallecimiento. La raíz estaba completa alrededor de tres cuartos, similar a la de los humanos de la actualidad.
Otro hallazgo interesante está relacionado con la línea de crecimiento de largo tiempo, que se establece cada ocho días en los humanos modernos. "Este joven tenía un ritmo de 10 días, que no se ve muy a menudo en los primeros homínidos, ha señalado. La mayoría de los primeros homínidos tenían un ritmo más corto, más cerca de siete días. Este es otro aspecto que es mucho más moderno".
En cualquier caso, el grupo científico ha considerado importante ampliar este estudio entre la población adulta para verificar si el dato se podría extrapolar a la población en general.
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