Primeramente, existe un récord de la pompa más grande del mundo, conseguido por Chad Fell, quien alcanzó un globo de 50 centímetros de distancia a la boca.
Además, en California existe un callejón conocido como 'Higuera Street', lugar que acumula chicles pegados en sus paredes desde la década de los 60, convirtiéndose en un destino turístico más de la ciudad.
¿Y cuál es su origen? Podemos situarlo en el 28 de diciembre de 1869, cuando William Semple patentó esta golosina. Sin embargo, ya en la Antigua Grecia era consumido en forma de resina de entina, aunque fue en Chile donde se encontraron los primeros yacimientos arqueológicos con una masa de chicle formado por Boldo y distintas especies de animales, que tienen más de 14.000 años.
En muchas ocasiones se dice que tragar un chicle nos puede llevar a la muerte, pero no es así. Se trata de un falso mito, ya que nuestro cuerpo seguirá el proceso normal de digestión hasta expulsarlo. Lo que sí es cierto es que mascar el chicle disminuye el estrés y ayuda a vocalizar, hablar y respirar mejor.
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