Sergi Santos, quien convive en Barcelona con su mujer Maritsa Kissamitaki y una familia de muñecas sexuales de silicona, explica que está listo para dar un paso más allá con su ‘pareja de plástico’ y confirma que sería “bastante fácil”.
Cree que es cuestión de tiempo que, antes del matrimonio, estar con un robot sexual sea lo normal, y piensa que crear una familia con ellos sería más fácil de lo que la gente cree, informa Mirror.
En declaraciones a The Sun, Sergi ha afirmado que puede hacer que los robots tengan hijos y que le encantaría tener un bebé con uno de estos robots.
“Usando el cerebro que he creado, podría programarlo con un genoma para que él o ella pudiera tener valores morales y conceptos como la belleza, la justicia y otros valores que los humanos tenemos.”, añade.
Tener un hijo con un robot, prosigue, "sería fácil". “Haría un algoritmo a través de lo que pienso sobre estos conceptos y después lo mezclaría con lo que ella piensa y lo imprimiría en 3D.”, confirma.
El hombre, de 39 años, mantiene relaciones sexuales de manera regular con robots cree que no perjudica a su matrimonio, es más, asegura que esto lo ha “mejorado”.
Su androide, apodada 'Samantha', tiene la capacidad de mostrarse emocionalmente cercana y pasar por diferentes modos, desde romántico a familiar o sexy.
El robot sexual 'Samantha' se presentó en Barcelona en marzo y su creador dice que responde al tocarla en diferentes áreas de su cuerpo.
Santos fundó Synthea Amatus en 2015 y pretende comenzar a vender sus robots sexuales en las próximas semanas, a partir de aproximadamente 2.000 dólares (unos 1.700 euros) cada uno.