El animal acudía con regularidad a las inmediaciones de la gasolinera, posiblemente en busca de alimento. Estaba desnutrido, presentaba signos de maltrato y a los dueños de la gasolinera les costó que no les tuviera miedo. El dueño del establecimiento, Gerardo Aguilar, indicó a 'The Dodo' que él mismo lo "alimentaba, bañaba y vacunaba"."Ahora vive aquí y entre todos los trabajadores lo cuidamos".
El perro logró superar el miedo inicial que les tenía, posiblemente derivado de episodios de maltrato anteriores, y estableció un vínculo absoluto de pertenencia con su dueño. Una madrugada, dos ladrones armados asaltaron la gasolinera y exigieron al trabajador que abriera la oficina donde guardan el dinero. También le golpearon y tiraron al suelo. Esos golpes despertaron a Randy, que se encontraba durmiendo en el almacén próximo al lugar. No dudó en dirigirse hacia los tres asaltantes e increparles a base de gruñidos y mostrarle los dientes. Ante ese comportamiento agresivo, los atacantes decidieron huir rápidamente con "el rabo entre las piernas".
El propietario de la gasolinera, sorprendido, se sentía orgulloso de la reacción que tuvo el animal, aquel que había cuidado cuidadosamente al encontrarlo desamparado. "Nos sorprendió ver cómo reaccionó, estamos orgullosos de él", relató Aguilar. "Si no fuera por Randy, quién sabe cómo habrían terminado las cosas. Nos muestra cuán agradecido y feliz está con nosotros". El canino ha sido querido por todo el mundo, incluso por los propios clientes. Por ejemplo, Nuria Arellano, que prefiere repostar en este lugar porque está el perro. Apunta que le llama siempre "y entra por la puerta de mi camioneta y me da besos". Un animal tierno que se ha ganado el corazón de todos los que frecuentan la estación de servicio.
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