Los investigadores que examinaron los registros tanto de la migración de las ballenas como de las condiciones oceánicas en el ecosistema actual de California, han demostrado en un estudio que las ballenas azules coinciden casi perfectamente con el tiempo de su migración con el tiempo promedio histórico de producción de kril, en lugar de igualar las olas de disponibilidad de kril en un año determinado.
Los hallazgos, publicados en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', sugieren que las ballenas azules localizan a sus presas al confiar en la memoria para regresar a sitios de alimentación estables y de alta calidad, que históricamente les han servido bien, pero podrían dificultar la adaptación de las ballenas si surgen nuevos cambios en los ecosistemas como resultado del cambio climático.
El concepto de seguimiento del momento de disponibilidad de alimentos a lo largo de las rutas de migración no es difícil de identificar en las criaturas marinas, según la autora principal del estudio, Briana Abrahms, ecóloga investigadora del Centro de Ciencias Pesqueras del Suroeste de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), en Monterey, California.
"Sabemos que muchas especies que migran en la tierra, desde el caribú en el Ártico hasta los ñúes en el Serengeti, mejoran su supervivencia ajustando cuidadosamente el ritmo y el calendario de sus migraciones para encontrar comida a medida que esté disponible estacionalmente en el camino, en lugar de solo migrar para ir del punto A al punto B", apunta Abrahms.
Abrahams agrega que las ballenas azules "altamente inteligentes y longevos" toman se mueven "en función de sus expectativas de dónde y cuándo estarán disponibles los alimentos durante sus migraciones", subraya.
El estudio plantea la cuestión de qué pasará con la población si las condiciones climáticas cambiantes hacen que la disponibilidad de alimentos se desvíe fuertemente de las expectativas de las ballenas. El equipo de investigación interdisciplinario utilizó 10 años de datos del 'Marine Mammal Institute' de la Universidad del Estado de Oregón, en Estados Unidos, para determinar los movimientos diarios de la ballena azul de 60 ballenas individuales en el ecosistema actual de California, y luego comparó eso con mediciones satelitales de la productividad del océano.
"Creemos que las ballenas azules han evolucionado para utilizar las rutas de migración históricas y el momento en que están cerca de las áreas de producción de alimentación más predecibles y luego realizan ajustes menores según las condiciones locales", afirma el coautor Daniel Palacios, investigador principal del Instituto de Mamíferos Marinos del Estado de Oregón.
"Hay varias escalas temporales de eventos que podrían cambiar el momento de la floración del fitoplancton, y por lo tanto la disponibilidad de la presa preferida de las ballenas, el krill --señala--, incluidos los eventos de La Niña y El Niño y la Oscilación Decenal del Pacífico".