¿Cuál es su dificultad exactamente? Los pilotos se enfrentan a maniobras en las que tienen que hacer virar la nave un ángulo de 45º antes de descender rápidamente en la pista. Asimismo, hay un punto en el que la parte inferior del avión se aproxima peligrosamente a la cima de la montaña rozando las casas situadas en los acantilados. Todo ello teniendo en cuenta que, antes de disponerse a realizar las maniobras de aterrizaje, el avión tiene que zigzaguear por las montañas del Himalaya.
Por todo esto, los vuelos en Paro sólo están permitidos cuando se cumplen las condiciones de aproximación visual adecuadas, es decir, desde el amanecer hasta el ocaso.
El aeropuerto no es grande y solo opera con tres aerolíneas: Buddha Air, Tashi Air y Druk Air. Los vuelos desde el aeropuerto tienen como destino de interés el este de Asia, lo que se traduce en las siguientes localidades: Bangkok, Badgdoga, Katmandú, Delhi, Dhaka, Gaya, Guwahati y Jak.
Uno de ellos es el de Gibraltar y esto se debe, según recoge El Tiempo, a que la pista es atravesada por una carretera por la que circulan vehículos.
No es por el único que circula otro medio de transporte. El aeropuerto de Manakara (Madagascar) se encuentra atravesado por una línea ferroviaria y, además, sus trenes tienen preferencia sobre los aviones, según cuenta espresso.
Por su parte, se encuentra el aeropuerto Ice Runway (La Antártida), que es esculpido cada año en el hielo marino de la isla de Ross. Los pilotos deben evitar un aterrizaje pesado y las aeronaves estacionarias deben ser monitoreadas de cerca para asegurarse de que no se hundan más de 10 pulgadas en el hielo, tal y como recoge The Telegraph.
La pista de aterrizaje de Matekane (Lesoto) cuenta con tan solo 396 metros de longitud y, además, termina en un desfiladero de 600 metros de profundidad.
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