Este es un resumen de esa emocionante rutina que nos ha acompañado cada día desde hace dos meses en nuestros balcones: Los aplausos que comenzaron un 14 de marzo a las diez de la noche, con las calles vacías debido al confinamiento. Sesenta y cinco días después ese homenaje a los sanitarios y al resto de colectivos que nos han brindado su esfuerzo y su sacrificio han llegado, parece, hoy a su fin, dejando para siempre con nosotros el eco de una palabra: Gracias.