El tiroteo de ayer en Texas es noticia porque murieron 20 personas, pero la realidad es que según las estadísticas, en Estados Unidos hubo ayer otros 73 fallecidos en circunstancias similares. Cada día son asesinadas 93 personas con armas de fuego en ese país.
El problema en el país es tan antiguo como la Constitución, que en su segunda enmienda permite a los ciudadanos poseer armas. Sin embargo, desde el año pasado la respuesta está cambiando. El cambio lo pusieron en marcha los estudiantes de la escuela de Parkland, en Estados Unidos: después la muerte de 17 compañeros empezaron una serie de protestas que se acabaron extendiendo por el país.
Trump recibió a los supervivientes de ese ataque y propuso una medida para intentar impedir tiroteos en las escuelas: que los profesores puedan llevar armas. La polémica idea ha salido adelante, y hace dos meses, el congreso de Florida aprobó un proyecto de ley que lo permite.
La postura del actual presidente de EEUU queda muy alejada del pensamiento que tenía Barack Obama, quien proponía controlar las armas para impedir estas masacres. Sus propuestas murieron en el congreso, que estaba controlado por los republicanos.
Parte de la sociedad, sin embargo, no se resigna. Ayer cientos de personas protestaron de forma espontánea delante de la casa blanca para pedir soluciones contra el problema que acaba cada día con 93 vidas.