La pandemia del covid19, un virus que nadie esperaba y que ha paralizado nuestra vida a nivel mundial, nos ha enseñado lo importante que es invertir en I+D y en el diagnóstico tempranodiagnóstico temprano de las enfermedades. Aunque el coronavirus ha colapsado la actividad sanitaria en el último año y medio, el resto de las patologías, como el cáncer, siguen siendo la lacra del siglo XXI.
La buena noticia ha llegado en el último congreso anual de la Sociedad Estadounidense de Oncología, donde se ha hablado de la teragnosis, la nueva esperanza en los tratamientos contra el cáncer en los que la quimioterapia ya ha fallado. En dicho congreso se presentó un ensayo realizado en 831 pacientes con cáncer de próstata terminal y que, gracias a la teragnosis, aumentaron su esperanza de vida cuatro meses más.
El término es una combinación de “terapia” más “diagnosis” y es lo más puntero en la medicina nuclear, aquella que usa radiofármacos para el diagnóstico y el tratamiento de una gran variedad de enfermedades oncológicas, neurológicas o cardiovasculares, sobre todo en los tumores neuroendocrinos y en el cáncer de próstata con pronóstico terminal.
Se basa en la aplicación de moléculas unidas a isótopos radiactivos para el diagnóstico y tratamiento de dichas enfermedades. Estas moléculas se unen al galio-68, un elemento químico radiactivo, que brilla en una exploración con tomografía por emisión de positrones (PET).
Así, para el tratamiento, esta misma molécula se une al lutecio-177, otro elemento químico, que emite una radiación local que mata a las células cancerosas.