El Coradia iLint, producido por Alstom en la localidad alemana de Salzgitter, está dotado de pilas de combustible que proporcionan electricidad, gracias a la mezcla del hidrógeno, almacenado en los depósitos, con el oxígeno del aire exterior. En este proceso, lo único que se emite es vapor y agua condensada, no se generan gases ni partículas contaminantes.
Este tren es único por su combinación de diferentes elementos innovadores: conversión de energía limpia, almacenamiento flexible de la energía y gestión inteligente tanto de la potencia tractora como de la energía disponible. La batería almacena energía de las pilas de combustible cuando ésta no se necesita para la tracción, o de la energía cinética durante el frenado eléctrico, permitiendo así suministrar energía de apoyo durante las fases de aceleración.
Son 300 los pasajeros que puede llegar a transportar y está basado en la plataforma de sus trenes regionales Coradia Lint, sobre la que se ha reemplazado la tracción diesel por la tecnología de hidrógeno. Las prestaciones del nuevo iLint son equiparables a las de última generación de trenes regionales de tracción diesel, tanto en aceleración y frenado, como en velocidad máxima (140 kilómetros por hora) y autonomía, de hasta 1.000 kilómetros.
Los nuevos trenes repostan en una estación de servicio de hidrógeno, de momento temporal, donde se les suministra hidrógeno en estado gaseoso desde un tanque de acero de unos doce metros de altura. Con un solo tanque, cada uno puede recorrer la red a lo largo de toda la jornada.
El hidrógeno es una alternativa libre de emisiones y eficiente a los trenes diesel para líneas ferroviarias no electrificadas. A pesar de los numerosos proyectos de electrificación existentes en varios países europeos, una buena parte de la red ferroviaria seguirá siendo no electrificada durante mucho tiempo. En España, por ejemplo, aún existen más de 5.000 kilómetros de líneas no electrificadas, por las que circulan unos 250 trenes de tracción diesel.
La electrificación de las líneas ferroviarias sigue siendo costosa -1 millón de euros por kilómetro- y, en muchos países, el número de unidades diesel (DMU) en circulación es aún alto y, además, necesitan ser renovadas en los próximos 5 a 20 años.
Aparte de Alemania, que representa el mayor mercado de trenes diesel de Europa y donde tres regiones más están en negociación con Alstom, otros países como Reino Unido, Holanda, Dinamarca, Noruega, Italia y Canadá han expresado su interés en esta tecnología, según el responsable de desarrollo de Coradia iLint, Stefan Schrank.
Alstom está convencido de que el hidrógeno es un elemento de cambio en el camino hacia un sistema de energía más limpio y, en última instancia, de cero emisiones. De hecho, otros fabricantes ya han empezado a estudiar proyectos similares como es el caso de la compañía alemana Siemens o la suiza Stadler, que tiene pedidos de trenes de hidrógeno de vía estrecha para Austria, de acuerdo con Schrank.