Una exempleada del estudio de videojuegos y una actual trabajadora son las demandantes que entienden que en Riot Games se les ha privado de "un pago equitativo y han visto sus carreras asfixiadas por ser mujeres"
Según denuncian, las condiciones de trabajo se han visto afectadas por "un continuo acoso sexual, conducta inapropiada y discriminación" y han destacado la "política no escrita" de preferir hombres sobre mujeres y que afecta a las contrataciones, promociones y compensaciones de los trabajadores.
La desarrolladora quiere que sus empleados, denominados 'rioters', sean fans de los videojuegos y grandes jugadores, una característica que se identifica "con ser un hombre" bajo la premisa de que "las mujeres no son jugadoras y, por lo tanto, tampoco verdaderas 'rioters'".
Las demandantes buscan que la empresa deje su práctica discriminatoria, que se traduce en pagar a las mujeres menos que a los hombres de similar posición, asignar a las mujeres aquellos puestos que no están tan altamente compensados como aquellos que ocupan los hombres, y promocionar a los hombres con más frecuencia que a las mujeres cuando estas incluso están igual o mejor cualificadas.
La empresa, según sigue la demanda, asigna o degrada a las mujeres a puestos con remuneraciones menores que aquellos que ejercen los hombres en condiciones similares cuando las mujeres tienen cualificaciones iguales o superiores a las de sus compañeros, y crea un ambiente de trabajo que "expone a las empleadas a discriminación, acoso y represalias de acuerdo a su género o sexo".
En julio, el medio Kotaku publicó las conclusiones de una investigación que expuso la cultura sexista de la desarrolladora, responsable de uno de los videojuegos más populares, League of Legends.
A partir del testimonio de 28 trabajadores y antiguos empleados, el medio citado compartió la imagen de una empresa que "trataba a las mujeres de forma injusta, y "la cultura de empresa las ponía a las empleadas en desventaja".
Esta situación se ejemplifica en la dificulta de conseguir colocar a una mujer en una posición de responsabilidad, bajo justificaciones como que las candidatas eran "trepas", tenían "mucho ego", no eran "bastante jugadoras" o no "desafiaban las convenciones".
También se destacó en la investigación el acoso, que afectó a hombres y mujeres quienes han llegado a recibir sin su consentimiento fotografías de los genitales de compañeros o miembros del equipo responsable.
Estas situaciones se recogen en el texto la demanda, de declaraciones tanto de hombres como de mujeres, junto a otras, como la imitación abierta de las mujeres delante de ellas, el uso del cuerpo para simular que se están 'follando' a otra persona o la difusión a través de 'emails' de chistes o imágenes que menosprecian la capacidad intelectual de las mujeres.