El equipo de Newcastle indicó que la creciente popularidad de las tecnologías de realidad virtual que ponen a los usuarios en experiencias en las que antes eran espectadores, podría significar que las imágenes extremas, degradantes o incluso abusivas en la pornografía, sean cada vez más “reales”.
Ahora el equipo, basado en el Open Lab de la School of Computing Science de la Universidad de Newcastle, está pidiendo a la comunidad digital que se asuma la responsabilidad de esta tecnología emergente y se ayude a informar del desarrollo de esta "muy prominente interacción entre persona y ordenador".
La doctora Madeline Balaam, coautora de la investigación, explica que “como sociedad siempre buscamos experiencias novedosas, pero la industria del porno trae consigo un riesgo añadido por su postura sexista y la explotación de las mujeres”.
"Ya estamos obsesionados con la imagen corporal, y la industria digital no es diferente, desde crear la mujer virtual perfecta como Lara Croft a los robots sexuales. El porno virtual tiene el potencial de incrementar esto”.
"Nuestra investigación destacó no sólo un impulso hacia la perfección, sino también un cruce entre la realidad y la fantasía. Algunos de nuestros hallazgos destacaron el potencial para crear modelos 3D de personas de la vida real, planteando preguntas sobre lo que significa el consentimiento en las experiencias de realidad virtual. Si un usuario creó una versión virtual de su novia de la vida real, por ejemplo, ¿le haría cosas que sabe que ella se negaría a hacer en el mundo real?”
En este sentido, para averiguar cuál puede ser el futuro de la pornografía con este tipo de tecnologías, los investigadores analizaron la primera experiencia porno con realidad virtual en 45 participantes. Sus historias fueron agrupadas en dos escenarios: el perfecto y el precario.
En el escenario perfecto, según explica el investigador y estudiante de doctorado Matthew Wood, "algunas historias eran fantásticas y otras eran muy reales, pero todas ellas eran la experiencia sexual perfecta, que los participantes describieron como 'mejor que algo real'".
Sin embargo, en el escenario precario, las historias a menudo "iban más allá de lo que sería aceptable en la vida real", con imágenes a veces muy violentas en las que los hombres solicitaban a las mujeres realizar actos sexuales degradantes o los forzaban.
"En el pasado, la pornografía ha sido impulsada por la industria, pero si el futuro de la pornografía es la realidad virtual, tal vez es hora de que asumamos una mayor responsabilidad sobre cómo permitimos que esto se desarrolle", señala la doctora Balaam.
Wood añade que "la pornografía ha jugado un papel clave en el desarrollo de tecnologías nuevas y emergentes - desde el estereoscopio en los años 1800 a través del video doméstico y ahora la realidad virtual. Pero lo que la realidad virtual ofrece por primera vez es la oportunidad de pasar de ser simplemente un observador a ser un participante y esto cambia la experiencia masivamente”.
"Encontramos que para la mayoría de la gente el potencial de una experiencia porno virtual abrió las puertas a una aparentemente 'perfecta' experiencia sexual - un escenario que en el mundo real nadie podría estar a la altura. Para otros significaba empujar los límites, a menudo con imágenes muy explícitas y violentas, y sabemos de la investigación actual en la pornografía que la exposición a este contenido tiene el potencial de convertirse en adictivo y más extremo con el tiempo".
La exposición a material sexualmente explícito está ocurriendo a una edad cada vez más joven a través del contenido en Internet. Esto incluye compartir ‘peer to peer’ a través de plataformas como Snapchat e Instagram y la ‘venganza porno’ es un fenómeno creciente como compartir contenido sexualmente explícito de otros a través de Internet sin consentimiento. Sin embargo, en el caso de la pornografía, el equipo de expertos advierte de la posibilidad de que la realidad virtual sirva para crear modelos basados en personas reales que podrían convertirse en el futuro en una forma de "venganza porno" en la red.
"La pornografía ha estado con nosotros siempre y no va a desaparecer", dice Balaam. "Pero tal vez la realidad virtual nos dé la oportunidad de influir en la pornografía e introducir algunas nuevas reglas. Imagine un escenario, por ejemplo, en el que un participante masculino asuma un papel femenino en el juego virtual”.
Wood añade que “el futuro de la pornografía virtual podría ser más positivo, si está diseñado de una manera determinada. En nuestra investigación también vimos sugerencias de que la realidad virtual podría ofrecer más experiencias sensoriales incorporadas, con más énfasis en la sutileza y los aspectos relacionales de las experiencias sexuales".