GRIS, el exitoso salto al vacío de la joya del videojuego español
GRIS es muchas cosas. Lo obvio es decir que es sin duda el videojuego español más aclamado por la crítica de los últimos años. También que GRIS cuenta, sin una sola línea de diálogo, una historia profunda como pocas en esta industria. De dolor y aceptación. GRIS es también tremendamente bello. Con acuarelas digitales salidas de la cabeza del dibujante Conrad Roset que nunca han estado tan vivas. Arropado en la evocadora música de Berlinist. Eso es lo que se ve. Pero también hay otra historia bella detrás. La de dos locos Roger Mendoza y Adrián Cuevas que decidieron hace dos años dejar su cómodo trabajo haciendo juegos de gran presupuesto para hacer en Barcelona uno más pequeño, el que siempre soñaron hacer. Y ese proyecto modesto se hizo enorme y acaparó premios y titulares en todo el mundo. Eso es GRIS.